“Un tiempo en el que todo
era bueno, un tiempo feliz en el que nuestros dioses velaban por nosotros, no
había enfermedad entonces, no había pecado entonces, no había dolores de hueso ni fiebre, no había viruela,
no había enflaquecimiento sanos
vivíamos, nuestros cuerpos estaban rectamente erguidos pero ese tiempo acabó,
desde que ellos llegaron con su odio pestilente y su nuevo dios con sus
horrorosos perros cazadores con su ojos extrañamente amarillos. Bajaron de sus barcos con sus caras blancas, llegó la
traición, la ambición, nada quedó en pie, todo lo arrasaron, quemaron, aplastaron.
Esclavizaron a un continente para saquear, nos quitaron nuestras lenguas,
cambiaron nuestros dioses atemorizándonos con horribles castigos como si
pudiere haber castigo mayor que el de haberlos confundido con nuestros propios
dioses los dejamos entrar a nuestros valles, templos pero no nos han vencido
hoy seguimos peleando por nuestra libertad”.
Víctor Heredia, Taqui Oncoy
TAKI
ONQOY: “LA ENFERMEDAD DEL BAILE”
Surge en los inicios de 1560 y fue descubierto por los
españoles en 1565 en la ciudad de Huamanga.
Los sacerdotes indígenas que
llevaban a cabo los rituales del Taki Onqoy se decían mensajeros de las huacas
o dioses andinos y recorrían los poblados instruyendo a la población en el
ritual de purificación que los preparaba para la transformación de la sociedad
andina.
A.
Origen
El Taki Onqoy fue un movimiento de resistencia religiosa y política contra la
presencia española. Tuvo su origen en el actual región de Huamanga – Ayacucho,
pero su influencia alcanzó hasta la capital, Lima, parte de Arequipa,
provincias de Cusco y Puno hasta La Paz en Bolivia.
B. Líder
C. Planteamientos de Juan
Chocne
Juan Chocne anunciaba lo siguiente:
- La unificación y solidaridad entre las huacas del Titicaca y Pachacámac, es decir, los dos más grandes santuarios andinos de la sierra y la costa se unían para luchar contra los invasores.
- La resurrección de la antigua religión y culturas andinas.
- La promesa del regreso a las costumbres andinas.
- El castigo y expulsión de los españoles. Las huacas, decía Chocne, habían plantado cultivos de gusanos para destruir el corazón de los europeos así como sus caballos y ganados.
D.
Rito
purificadores: la enfermedad del baile
Los ritos tenían la función de retomar y fortalecer las
creencias religiosas indígenas en contra de la ética y moral que pretendían
imponer los invasores.
Las huacas andinas, dejando su posición habitual, descendían
sobre los indígenas tomando control de ellos, originando que los hombres hicieran
movimientos extremos como temblar, bailar o delirar. Esto era parte de la purificación
de los hombres andinos que a través de
estos movimientos expulsaban los elementos extraños de su cuerpo, renunciando al
cristianismo.
Cristóbal
de Molina, un cronista de la época, nos
informa sobre el trance en el que entraban los poseídos por el Taki Onqoy:
“(…) y así fue que hubo
muchos indios que temblaban y se
revolcaban por el suelo; y otros tiraban de pedradas como endemoniados,
haciendo visajes y luego reposaban y llegaban a él con temor y le decía que
había y sentía y respondía que la huaca fulana se le había entrado al cuerpo…
así las huacas andinas descendieron sobre los indígenas, los poseyeron
literalmente entraron en sus cuerpos e hicieron a los posesos temblar caerse y
bailar como locos…”
Gran
parte de sus ritos se centraba en unos cantos y bailes de los poseídos.
Se prometía un mundo nuevo, libre de la opresión
española para los indios fieles a las huacas y por otro lado la muerte para los
españoles y los indígenas desleales a las huacas. Para evitar las represalias
de las huacas, los indígenas debían renunciar al llamamiento de los clérigos
españoles y rechazar la religión, los alimentos y vestidos europeos.
Los
takiongos imploraban a sus seguidores
que se abstuvieran de todo contacto y cooperación con la sociedad europea. Los
indígenas no debían entrar en la iglesia ni servir a los clérigos, debían
abandonar el pago de tributos y rechazar
los reclutamientos de mano de obra o mita.
E.
Los
españoles contra el Taki Onqoy
El presbítero Luis de Olivera, quien fue el primero en
descubrir el Taki Onqoy, comenzó a reprimir el movimiento dando la voz de
advertencia a las autoridades españolas.
Pero fue el visitador Cristóbal de Albornoz, el principal perseguidor
del movimiento. En sus informes nos muestra sobre las medidas que tomó parar terminar
la herejía y que duró más de un año, lo que, por otro lado, refleja la gran resistencia indígena.
Muchos de los curacas involucrados en el movimiento
debieron rechazar en público sus creencias, asimismo, las mujeres participantes
fueron recluidas en conventos.
F. La extirpación de idolatrías
Fue
una campaña organizada con el objetivo de eliminar el culto a los dioses
andinos. Eran llevadas a cabo por los curas doctrineros y consistían en visitas
con apoyo militar que hacían los sacerdotes en los pueblos de indios para
quemar, destruir todo elemento de culto, como las huacas que eran lugares
sagrados o los mallquis (momias de los antepasados). Este proceso aspiraba a erradicar
la cosmovisión andina, el sistema de creencias y valores ancestrales andinos
con la finalidad de facilitar la españolización del indígena y terminar con
todo tipo de resistencia, especialmente política.
muy bueno
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